jueves, 5 de enero de 2012

João de Melo (I)



Dedicamos esta entrada a un gran escritor portugués, hombre de cultura y de compromiso, responsable de una magna labor de divulgación de la cultura portuguesa en nuestro país mientras desempeñaba la función de Consejero Cultural de la Embajada de Portugal en Madrid y sobre todo promotor del diálogo intercultural  como medida imprescindible para combatir el persistente déficit de conocimiento entre los dos paises vecinos.

APUNTE BIOGRÁFICO

João de Melo nació en la isla de San Miguel, Azores, Portugal en 1949. Estudió enseñanza secundaria y superior en el Portugal peninsular. En 1981 se licenció en Filología Románica en la Facultad de Letras de Lisboa. Fue docente de enseñanza secundaria durante varios años, también dio clases de Literatura Portuguesa y Francesa, Teoría literaria y Escritura Creativa en la Universidad Autónoma de Lisboa. Trabajó en Madrid desde 2001 a 2009 como Consejero Cultural de la Embajada de Portugal, invitado por el Gobierno de su país.

Ha publicado más de veinte obras de distintos géneros (ficción, poesía, viajes, antologías, etc.), pero su faceta más conocida, en Portugal y en el extranjero, es la de novelista. Ha obtenido varios premios literarios nacionales e internacionales (Gran Premio de la Asociación Portuguesa de Escritores, Premio Ciudad de Lisboa Eça de Queiros, Premio Internacional Cristóbal Colón, Premio Fernando Namora, entre otros).

Su obra ha sido traducida en varios países. En España se han publicado: "Gente Feliz con Lágrimas", novela; y "Antología del Cuento Portugués" (Alfaguara); "Crónica del principio y del agua y otros relatos", "Mi mundo no es de este reino", novela y "Mar de Madrid", novela (Linteo Ediciones) y "Literatura e Identidade/Identidad y Literatura", (edición bilingüe, portugués y español) Cuenca, 2003. Además de España, sus obras están traducidas y publicadas en Francia, Holanda, Rumania, Alemania, Estados Unidos, Italia, Bulgaria, Méjico, etc y algunas de ellas fueron adaptadas al teatro y la televisión.

De este breve apunte biográfico nos interesa resaltar sobre todo dos hechos importantes que unen a este gran escritor con la ciudad de Madrid:
-  Su labor desarrollada como Consejero Cultural de la Embajada de Portugal en Madrid.
-  La novela dedicada a nuestra ciudad Mar de Madrid.

LLEGADA A MADRID

João de Melo recibió un gran legado de gestión cultural portuguesa de su antecesor Mário Quartín Graça quien estableció inmejorables relaciones con instituciones culturales madrileñas como el Circulo de Bellas Artes, la Arquería de Nuevos Ministerios, la Fundación Juan March, etc.

Al llegar a Madrid, ciudad a la que admira, decidió instalarse en el espléndido ático de un edificio singular de la ciudad. La elección de vivienda es un hecho que denota la personalidad y el bagaje cultural de una persona. En el caso que nos ocupa resulta además una elección sumamente interesante.

 Su predecesor había escogido la calle que para mí gusto es una de las más hermosas de Madrid: la Encarnación frente a la plaza del mismo nombre. Aunque el edificio (único moderno de la calle) era bastante anodino, el espectáculo que se disfrutaba desde sus balcones no tenía precio, sobre todo con la visión nocturna del Monasterio y Palacio Real iluminados, donde podías viajar en el tiempo varios siglos atrás.

Creo que João de Melo hizo una elección más conceptual. Escogió el herrerianismo del edificio donde vivió su propio autor, el gran arquitecto Luis Gutierrez Soto, en la calle de Padilla esquina con Núñez de Balboa.

                                 

Si el edificio es singular, su entorno  lo es igualmente, estando marcada toda la manzana con el sello Juan March y la gran actividad cultural de su Fundación.

Pero la elección de ese herrerianismo es lo que llamó poderosamente mi atención. Sus rasgos no sólo son evidentes en el exterior del edificio sino que es en las zonas comunes de su interior donde cobran un especial protagonismo. La proporción áurea, la geometría, sus recovecos, escaleras y barandillas rematadas en bola, todo labrado con grandes losas de granito sin pulir crean la ilusión de estar dentro de alguna parte del Monasterio del Escorial.

                                 

No vamos a abundar aquí en el tema por el cual Gutierrez Soto cambió los postulados del estilo internacional por uno más acorde con el momento que le tocó vivir, pero si que queremos recordar la trascendencia que el herrerianismo tuvo desde finales del XVI en la arquitectura española como marca de identidad del poder, alcanzando incluso a la arquitectura portuguesa.

Es la obra de Juan de Herrera en Portugal promovida por Felipe II y en particular el Monasterio de S. Vicente de Fora, Lisboa, 1582-1629,  la llave que abre, según el historiador portugués Vítor Serrão (sobre todo a nivel de estructura de fachada), una de las vías importantes del  novedoso y muy extendido Estilo Chão portugués que perdurará hasta la llegada del barroco.



Monasterio de S. Vicente de Fora. Lisboa

¿Será este concepto del herrerianismo extendido a toda la península ibérica, tan palpable en Madrid, el que atrajo a nuestro personaje en su llegada a nuestra ciudad?. Esta pregunta tan especulativa dificilmente tendrá respuesta. Pero volvamos a centrarnos en su obra cultural en Madrid, obra que veremos próximamente en la segunda parte de esta entrada.




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2 comentarios:

  1. Hola Antonio:
    Creo que voy a aprender mucho con tu blog. Lamentablemente y a pesar de la cercanía, los españoles no tenemos mucho conocimiento de Portugal.

    Me encanta este enfoque que le das al artículo, vinculando la trayectoria vital de De Melo a la arquitectura, desde el planteamiento de que la elección de una vivienda dice mucho de un personaje. Nunca lo había visto así, pero me ha hecho que pensar. Creo que tienes mucha razón y ojalá la arquitectura no se olvide nunca de este principio.

    Ah, y de paso, ese pequeño homenaje a Gutierrez Soto, al que me apunto.

    Un abrazo, Jesús

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  2. Hola Jesús, te aseguro que el enfoque del que hablas fue saliendo sobre la marcha aplicando la técnica de "ir tirando del hilo" aprendida de algunos de vosotros. De tal manera que después de publicado tuve que dividirlo en dos partes para no resultar tan extenso.
    Lamentablemente la arquitectura ha olvidado muchas veces ese principio que apuntas y que se resumiría en "crear espacios para ser habitados por personajes".
    Abrazos

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